miércoles, 2 de abril de 2014

Pasacais: Solidaridá coles que lluchen

Xueves 3 d'abril. Pasacais en solidaridá colos denunciaos pol gobiernu asturianu por pintaes escontra la llei del albuertu. Dende la sede del PSOE (c/ Argandona) a la sede del PP. Dempués del pasacais, FOLIXA-PINCHOTEO en Sestaferia. Lo que se saque va pa la caxa de resistencia de Asturies en pie



A diario vemos anuncios luminosos con consignas machistas que provocan la muerte de millones de mujeres; carteles y anuncios con protagonistas ficticias de cuerpos imposibles que confunden y enferman a niñas, adolescentes y adultas; vallas publicitarias con mensajes contra la interrupción voluntaria del embarazo basándose en mentiras y doctrinas religiosas; y hasta transportes públicos usados como soportes para enviar mensajes de cómo debemos comportarnos y qué debemos pensar. 

La publicidad forma parte del paisaje urbanístico construyendo un imaginario hegemónico difícilmente cuestionable. Estamos rodeadas de mensajes que sólo deciden quienes pueden pagárselo a nuestra costa y así consiguen que este tipo de violencia esté permitida, legalizada y, lo peor, socialmente aceptada.

A otro nivel, vemos pancartas colgando de puentes, colocadas en rotondas o a las entradas de los pueblos. En ellas leemos mensajes del tipo “Bodorrio: Pepito y manolita se casan” o la tan recurrente en Asturias “Las putas del models te echaremos de menos”. Estas duran semanas. A nadie le molestan. Nadie se queja.       
Caminamos por las calles y en los muros vemos frases como “Juanita, nadie te va a querer como yo” o “eres la razón de mi existir, si no estás conmigo me muero”. Pintadas que nadie borra, que a nadie escandalizan y que nadie achaca a personas violentas a las que hay que reprimir duramente por actos vandálicos. Estas entran dentro de los mensajes que el pueblo sí puede transmitir. No transgreden, no se pasan de las líneas marcadas.

Pintadas contra la ley del aborto, el paro, la precariedad laboral o la emigración forzosa… eso sí se considera un acto terrible, es ilegal, es vandalismo y es violencia. ¿En serio? ¿Llamamos a la policía para avisar de que alguien está escribiendo en una pared lo que a base de palos le impiden gritar en la calle y no llamamos cuando vemos, por ejemplo, una agresión de un hombre hacia una mujer porque son cosas del amor, cosas de pareja? ¿En qué momento hemos perdido la cabeza?

Estamos hartas de tanta represión y tanta hipocresía.  Esa hipocresía que hizo que una persona sacara fotos y avisara a la policía al ver unas pintadas por el aborto libre, seguro y gratuito. (Suponemos que a este tipo de personas no les afecta el machismo, los recortes, los despidos, los desahucios, la precariedad, ni la falta de derechos en general que el resto del pueblo sufrimos día a día) 

Pero la hipocresía no acaba aquí. Posteriormente, la Universidad y el SESPA, dependiente de la Consejería de sanidad, es decir el PSOE, decidieron seguir el proceso y denunciar a varias personas.
El PSOE, ese que vemos como mientras desempolva la bandera violeta y quiere encabezar el rechazo a la reforma de la ley del aborto de Gallardón, a la primera de cambio, decide denunciar a las personas que dignamente luchan día a día por, se supone, las  mismas razones. Un PSOE que el 8 de marzo hizo el paripé de, supuestamente, acercarse al pueblo y luchar por los derechos de las mujeres, marchar contra el machismo y contra la reforma de la ley del aborto pero que, a los pocos días, no dudó un momento en mantener la denuncia a 4 personas por unas supuestas pintadas que pedían el derecho de las mujeres a decidir.

Estamos hartas de que se nos criminalice por reivindicar nuestros derechos. Nuestras formas de lucha son totalmente legítimas ya que responden de forma coherente a los ataques que recibimos.

Si nos han ido privatizando el espacio público de forma que tenemos que pagar hasta por informar en la calle sobre la defensa de los derechos humanos (en Gijón, tasa de 7€ por utilización del espacio público con este fin); si las grandes empresas y partidos que pueden financiárselo a costa nuestra son los únicos que se creen con derecho a expresarse, los que cuentan con espacios para ello y los que no dudan en manipular y silenciar la realidad; si quieren hacer que nuestros problemas reales, preocupaciones, opiniones y derechos no tengan sitio; nosotras haremos que lo tengan. Porque se trata de justicia; justicia social.

No tendremos vallas publicitarias, radios, periódicos o televisiones con gran alcance y financiación pero tenemos voces, calles y paredes a las que no vamos a renunciar por más represión que nos impongan o por más personas chivatas e insolidarias que encontremos en el camino.
Por eso vamos a resistir. Recuperar las calles, los muros, el espacio común, la voz, y gritar bien alto para romper las cadenas y la mordaza que nos quieren imponer. Y por eso os animamos a acudir a apoyar a nuestras compañeras y compañeros el próximo día 7 de abril:

Uviéu. Lunes 7 de abril a las 9'30h concentración ante los juzgados de lo penal (Plaza Gota Losada, detrás del EASMU) en apoyo a tres solidarios, acusados de hacer pintadas en defensa del puesto de trabajo de una compañera de la CSI en el Palacio de los Niños.

Xixón. El lunes 7 de abil a las 9'45 h. se queda en la Casa Sindical de Xixón para ir a los juzgados, dónde se celebrarán dos juicios:

Uno contra cuatro compañeras imputadas por pintadas reivindicando el aborto libre, seguro, legal y gratuito.  

Y otro juicio más de un compañero del colectivo Paraos y Precaries d'Asturies, que será juzgado a la misma hora, acusado de hacer pintadas contra el paro, la precariedad y la emigración forzosa.


Porque su REPRESIÓN NO NOS TAPARÁ LA BOCA y porque ¡SI NOS TOCAN A UNA, NOS TOCAN A TODAS!


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