sábado, 15 de marzo de 2014

"No habrá paz sin las mujeres"



"Las mujeres que empezamos una lucha somos feministas" 
Mari L'hoeste.


El 26 de Noviembre, con motivo del día contra la violencia de género, tuvo lugar la charla "lucha contra la violencia machista: de Colombia a Asturias" en la que tuvimos la oportunidad de hacer un recorrido por dos realidades muy diferentes pero con un denominador común: la violencia estructural que sufren las mujeres.

Patricia Simón de periodismo humano y María Jesús L'hoeste del congreso de los pueblos de Colombia presentaron el documental “No habrá paz sin las mujeres”, en el que diferentes testimonios de mujeres víctimas de violaciones y todo tipo de violencia, nos acercaron a la situación que están viviendo en Colombia en medio de un conflicto armado.

En los años de gobierno de Uribe fue cuando más creció económicamente el país pero también donde más aumentó la desigualdad.
Un 10% se empobreció muchísimo más y se evidenció mucho más la diferencia entre las personas en situación de pobreza y la clase media.
Colombia es el país con más desplazamientos internos del mundo (entre 5 y 6 millones de personas). La mayoría, mujeres con hijos a su cargo y sin apoyo estatal convertidas en personas sin recursos que quedan en la periferia y de las que se alimenta el paramilitarismo a través de la trata con fines de explotación sexual.

Las niñas que viven en esas zonas son engañadas por los paramilitares ya que les venden que van a trabajar como modelos pero terminan siendo esclavas sexuales de los países ricos de Europa y Estados Unidos.
La violencia sobre las mujeres se invisibiliza porque afecta a todas esas mujeres que no aparecen: afrodescendientes, indígenas y las que viven en el ámbito rural.

Como en todos los conflictos, el cuerpo de la mujer vuelve a ser el territorio en el que los hombres vengan unos bandos de otros. Pero, en este caso, el mayor abuso ha sido por parte del estado en connivencia con los grupos paramilitares.
Se estima que más de un 80% de las violaciones han sido cometidas por los paramilitares y/o militares.

"Este horror que vivimos es justo que lo conozcan otros y otras. No para que lloren con nosotras, si no para que se hagan más fuertes ustedes" 
Mari L'Hoeste.





Por su parte, las compañeras de la CSI, Ángeles Castellanos y Pilar del álamo nos hablan sobre la realidad de las mujeres víctimas de violencia machista en Asturias. 

Ángeles, tras años de experiencia trabajando día a día con estas mujeres, comienza su exposición desde la influencia que el capitalismo tiene en nuestras relaciones sociales.

Una minoría somete al resto por la violencia o el convencimiento mediante el sistema ideológico. Dentro de este sistema subsiste la cultura patriarcal. Al capitalismo le interesa muchísimo el patriarcado ya que en el mundo hay todo un ejército de mujeres que trabajan gratis en todo el trabajo reproductivo: es un ejército de esclavas.
¿Cómo se somete a este ejército sin que se rebele? porque estamos convencidas de que ese es nuestro papel: madres, esposas, cuidadoras...
También se apoya en la violencia, que es instrumental ya que siempre se ejerce para un fin determinado.

Algunos de los factores de los que se sustenta esto son:

-Autoestima: Pertenecemos a un género que está devaluado, enlazando con los casos de violaciones que han contado las compañeras sobre Colombia.

- Amor romántico: entrega total, media naranja (si eres media naranja significa que te falta otra mitad para ser algo), sacrificio por el amor, etc...
En esta cultura es normal que a la hora de elegir pareja se elija a un protector. Que si se toma en serio su papel acabará diciendo " tú cállate", "tú que sabrás", "tú de eso no entiendes".

Para llegar a una solución es necesario crear procesos de empoderamiento; espacios donde las mujeres podamos ir tomando nuestras propias decisiones, conociendo y siendo críticas con el mundo.

Pilar, tras contarnos sus experiencias sufriendo años de malos tratos, nos transmite un mensaje positivo de valentía, lucha y superación.
Que no se siga recortando en servicios públicos que hacen que no se atiendan correctamente las llamadas de emergencia.

Que se creen lugares donde las mujeres maltratadas sean tratadas dignamente ya que existen centros institucionales (como la casa malva) donde los que atienden, en ocasiones, son voluntarios sin formación. Y, a veces, estos centros parecen más un régimen carcelario donde se droga a las mujeres que un lugar para ayudarlas.
Que no nos quiten el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo, poder elegir si se quiere ser madre o no serlo.


"El llamamiento que he venido haciendo desde Colombia es que hagamos que la frase "lo que nos pasa a una nos pasa a todas" no sea una consigna hueca, si no que hay que llenarla de contenido político. Llegó el momento de cambiar en todos los terrenos, en la casa, la organización social, pero también en las estructuras gubernamentales que nos permitan ganar poder y construir poder con la gente"
Mari L'Hoeste.

María Corral. Muyeres en llucha CSI
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